Por Néstor Ramírez Vega
La literatura en México sigue dando frutos en el campo independiente. En La oficina del olvido, Andrés Galindo nos recuerda que los relatos ganan un espacio en lector dándole un knock out.
Esta publicación de Ediciones y punto resulta atractiva desde la portada. pues una diferente y única distribución de vidrios de colores logra que cada libro sea diferente. Otro detalle que el lector agradece son las ilustraciones de Mikel Lecumberri, las cuales mezclan seres o situaciones en una imagen que impacta al cambiar la hoja.
No sólo los elementos visuales son atractivos, sino los cerca de 50 relatos que conforman la publicación, sobre todo aquellos que llevan por título «La oficina del olvido». Es ahí donde el autor nos recuerda a algunos personajes de las grandes obras literarias, pero también nos hace enfrentarnos con la naturaleza humana.
La búsqueda de nuestro pasado y los juegos con la mentalidad de los personajes que parecen personas (y muchas veces monstruos) son algunos de los giros que nos otorga esta obra, donde las decenas de relatos no superan el párrafo de extensión.
En estos relatos el autor nos recuerda al dinosaurio de Monterroso al inicio de sus textos, pero nos obliga a pensar y sentirlo más cercano a través de las micro historias «El gato calavera» y «Misiva para…».
La oficina del olvido invita a luchar con nuestros monstruos y demonios internos, sobre todo con el ser con cara de chivo que aparece desde el inicio. Sin embargo, ¿nosotros no somos monstruos con actitudes que tomamos? El autor nos acompañará en algunos relatos a través de la primera persona.
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