La noche de la juventud

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Imagen tomada de Facebook del escritor. Fotografía de Ivan El Diablito Méndez

Por Néstor Ramírez Vega

Editorial Aldus y Conaculta editaron en 2001 un pequeño libro titulado El arte de la noche, compilación de relatos de Rafael Pérez Gay. Los cuatro cuentos encontrados en esta edición ya habían aparecido en Me perderé contigo (1988) y Llamadas nocturnas (1993).

En El arte de la noche los cuentos no están relacionados, pero parecieran estarlo, sobre todo en «Un tren a la utopía», donde sí hay nombres y acciones que aparecen en otros textos del libro; sin embargo, cada uno posee un tema y estilo propio. Además, los cuentos comparten un mismo denominador: la edad de los personajes está cerca de los 30 años.

Los terribles 30, edad en que el hombre no es joven ni adulto; en la que, según la idea de la sociedad, debería poseer un trabajo, tener una fortuna (aunque sea pequeña) y tener una pareja estable, con hijos en la mayoría de las veces.

Los 30 es la noche de la juventud porque en ella ya no se es joven, pero los treintañeros pueden darse el gusto de hacer cosas juveniles por su incipiente independencia en la vida. Socialmente ya son grandes, biológica y psicológicamente pueden no serlo; limbo nocturno con canciones de su época, aunque éstas comienzan a sonar en «las canciones del ayer».

Las despedidas, el amor y el perdón son unos de los aprendizajes a esta edad, y lo refleja Rafal Pérez Gay en el cuento que da nombre al libro, donde el autor aborda la teoría de la «intersección de sueños dispares». Según ésta, una persona puede entrar al de un ser querido pensando en él; sin embargo el intruso tiene la obligación de confesar en qué consiste esta idea, o callarla y dejar la interpretación a un psicoanalista.

A partir de la interrupción de sueños es como Ernesto Iturbide, el protagonista, puede despedirse de Norma, una mujer que amó en su vida. El sueño de Norma es interrumpido por Iturbide y su ex amigo Gerardo Bermúdez, quien carga en la espalda a su padre. En esta intersección es que Ernesto aprovecha para confesar a Norma que, a pesar de su separación, aún la sigue queriendo.

El autor propone la interrupción de sueños para arreglar asuntos pendientes de su vida; sin embargo, en los cuentos estará este objetivo porque es necesario para salir de la crisis de los 30 e iniciar una nueva vida, la mañana de la adultez.

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